El camino del capitalismo salvaje
Hombre ayudando al Hombre
En el trabajo con personas con necesidades especiales se han subestimado por demás sus capacidades de percepción y el aprovechamiento de los contenidos pedagógicos. No es extraño encontrar que aquellos que consideran los impedimentos como un límite, se resignen a un acompañamiento de lo que no tiene remedio. Quienes estudiamos y trabajamos en Pedagogía curativa y Terapia social sostenemos que las posibilidades de superación inherentes a todo ser humano están ahí para ser ejercitadas.
lunes, diciembre 07, 2015
viernes, noviembre 20, 2015
No podemos dejar de mirarnos.
https://www.flickr.com/photos/45468977@N04Guerra, terrorismo, comunismo, capitalismo salvaje. Quién sabe si de algún modo todos seamos refugiados en este mundo.
Egoístas que no desean compartir su prisión con nadie.
Ignorantes. Aburguesados. Hábiles para guardar, torpes para compartir.
Quién sabe si no será ella la que se asoma a nuestra prisión.
viernes, mayo 01, 2015
Realidad virtual
Si preguntan por qué el arte y lo bueno de la educación en escuelas Waldorf, ésta es una de las razones.
La tecnología no es mala en sí. Las dificulades surgen cuando los niños no pueden dominar los estímulos que les llegan desde disparadores tan fascinantes como los videojuegos y consolas de realidad virtual.
Si no aprenden a tomar contacto con el mundo a través del arte, será difícil que lo conozcan a través de su propia sensibilidad. Lo más probable es que se den a creer que sólo es posible tomar contacto con la realidad a través de la seducción y fascinación por los estímulos que les arroja la tecnología. Cerebros rápidos no implica inteligencia ni madurez.
Desde el nacimiento hasta los dos años, el cerebro del niño triplica su tamaño, y continúa en ese estado de rápido desarrollo hasta los 21 años (Christakis 2011). Los estímulos ambientales, o la falta de ellos, son los que determinan el desarrollo del cerebro a esta edad temprana. Se ha demostrado que la estimulación que recibe un cerebro en desarrollo provocada por la sobreexposición a la tecnología (móviles, internet, iPads, televisión) está asociada con un déficit de atención y de función ejecutiva, retrasos cognitivos, aprendizaje disociado, una mayor impulsividad y una menor capacidad de autocontrol.
lunes, abril 27, 2015
Staccato
Staccato (en italiano "despegado, destacado") en notación musical es un signo de articulación que indica que la nota se acorta respecto de su valor original,1 2 siendo separada de la nota que va a continuación por un silencio.3
Los neurocientíficos han estado estudiando los efectos de la lectura en el cerebro durante décadas.
El cerebro es infinitamente maleable y la lectura desempeña un papel importante en la formación de los circuitos neuronales y en la expansión de las formas de pensar. Los medios no sólo sirven como canales pasivos de información sino que también dan forma al proceso de pensamiento.
Los investigadores han encontrado que no “leemos” lo suficiente en línea (on line), más bien escaneamos pasajes cortos, saltando de un sitio a otro.
La lectura ha adquirido una calidad de "staccato", en lugar de realizar el trabajo pesado de la concentración, el análisis y la contemplación.
Fuente tomada de Wikipedia. Intramed.
miércoles, julio 09, 2014
Doping cerebral
El ya muy trillado "Trastorno de Déficit
atencional e hiperactividad" se ha convertido en una enorme bolsa adonde van a parar casi todos los niños que en mayor o menor medida no prestan la atención ni la quietud que los adultos esperan de ellos.
Quizá debamos invertir las variables de este diagnóstico y pensar si acaso debamos nosotros
activar más nuestras intuiciones atendiendo de un modo más amplio
la ocurrencia de este tipo de conducta y al mismo tiempo, a lo
peculiar de su expresión en cada niño.
En una encuesta de una de las mayores
compañías de seguros de salud de Alemania, en los últimos diez
años el número de días de ausentismo debido al dopaje cerebral
aumentó de 8.000 a poco menos de 30.000.
La famosa Ritalina (metilfenidato) se
receta en casi todo el mundo como presunta terapia a las personas con
Déficit atencional con hiperactividad (TDAH).
Sin embargo, cada vez es más recetado
por los médicos a estudiantes que no tienen diagnóstico de TDAH con
el fin de cumplir con el deseo de permanecer despiertos durante más
tiempo y aumentar el rendimiento en la escuela y la universidad.
En el mercado negro estadounidense, el
metilfenidato es el fármaco más comercializado entre estudiantes de
escuela y universidad.
En una encuesta realizada a 3.486
estudiantes seleccionados al azar en cuatro grandes universidades en
Alemania: casi el 5% admitió haber consumido drogas con el fin de
aumentar su capacidad de rendimiento; 40% de ellos las había
consumido al menos una vez en los seis meses anteriores y el 25% en
más de tres ocasiones.
Se ha visto que los niños tratados
pueden seguir mejor al maestro, su hiperactividad se reduce y
aumentarían el presunto éxito escolar, pero se ha demostrado que a
largo plazo la Ritalina afectará la conducta de estos niños hacia
su futuro como adultos.
El metilfenidato y otras drogas que
mejoran la capacidad de rendimiento y la concentración sólo
deberían obtenerse con prescripción facultativa, sin embargo, los
estudiantes que participaron en la encuesta de Sebastian Sattler
afirmó haber obtenido los medicamentos de amigos, conocidos o
familiares que sufren de alguna enfermedad para la que un médico los
había recetado. También engañando a un doctor, a través de
pedidos por Internet, en el mercado negro o directamente de forma
fraudulenta de un médico. Así obtienen los jóvenes, según sus
propias declaraciones, estos medicamentos de prescripción
obligatoria.
Datos tomados de DocCheck Medical
Services GmbH.
Sobre estos signos y síntomas la
Medicina antroposófica y la orientación pedagógica de las escuelas
Waldorf sigue demostrando sus beneficios. Es importante saber que no
se trata de emplear recursos médicos o pedagógicos alternativos,
sino los más apropiados para asistir niños y jóvenes con una
peculiar manera de ser y estar en el mundo.
lunes, julio 07, 2014
¿Normal?
La música sigue sonando en el
mundo, evitemos la compulsión por normalizarlo todo, pues nadie ha
sabido definir de modo satisfactorio lo que significa la palabra
“normalidad”. De hecho, lo normal en medicina es aquello que se
manifiesta con mayor frecuencia, de modo que, a mi parecer, no creo
adecuado el acto de normalizar como un objetivo terapéutico en sí.
Poco y nada sabemos acerca de lo que llegará a expresarse en el alma
de un niño, ¿cómo aprender a intervenir de modo pedagógico y
curativo sin necesidad de inculcar, sin manipular, sin exigir, sin
extorsionar ni reprimir conductas a fuerza de premios y castigos?
En la guerra, un capitán cuenta con
su derecho al castigo a un subordinado que no sabe izar las velas o
manejar el timón.
Pero en la escuela no se cumplen las
leyes de la guerra, la escuela es un lugar en el que todos aprenden
los secretos de la navegación mientras navegan, y los capitanes, que
se reconocen en ellos, se mantienen cerca, en el mismo barco,
abarcando con mirada de principiante el libre y gozoso navegar de sus
marineritos.
martes, junio 24, 2014
"No toda es vigilia la de los ojos abiertos"
En su "Introducción a Macedonio
Fernández", el genial César Fernández Moreno, en el año
1.960, describe el modo en que el escritor argentino Macedonio Fernández padeció la
reacción de los presuntos intelectuales de su época.
Fernández Moreno
comienza así:
"Si usted viaja en un vagón subterráneo
repleto, no puede ni agrandarse ni achicarse: si se agranda lo
rechazan, si se achica lo aplastan; debe mantenerse en tensión, en
su propia justa medida. Ésta puede ser la situación de la cultura
en Europa.
En cambio, si usted viaja en un subterráneo vacío o poco
menos, cada arrancón o frenada lo tirarán al suelo o lo obligarán
a desairadas contorsiones, salvo que usted sea un genio natural del
equilibrio o que dedique todas sus energías a prenderse de las
agarraderas y las manijas de los asientos. La segunda hipótesis de
esta urbana alegoría trasunta la realidad cultural de cualquier país
americano y por tanto inmaduro, como la Argentina.
Cuando surge
alguien dotado para cualquier disciplina, encuentra el vacío a su
alrededor y la consiguiente impotencia de vivir según su especial
capacidad. Si este alguien no es genial, o siquiera tenazmente
autocrítico, terminará a medias entre sus limitaciones y la
indiferencia agresiva del ambiente, por considerar la principal de
sus tareas atender a su propia personalidad: en adelante ya no
pensará, escribirá, compondrá o pintará sino para demostrar su
personalidad; su fin no será el logro filosófico, artístico o
científico sino el éxito social. Ahora bien, como esta
tarea egolátrica no la puede realizar ante un espejo opaco, (el
ambiente general), necesita una caja de resonancia. Esa caja será el
grupo, degenerado inmediatamente en clan, con todas sus ventajas para
el afirmador de su personalidad, pues (obtiene algunos reflejos y
algunos ecos), y todas sus desventajas, (para obtener esos ecos debe
a su vez reflejar a otros autoafirmadores). Y como el único sostén
de la cultura en un país desierto, es la burocracia: (estatal,
periodística, gremial), pronto los clanes, en su desorientado girar
por el vacío, se implantan en alguna de estas estructuras, adoptan
su forma y entran a detentar el poder cultural".
Cada uno sabrá encontrar en su propio quehacer y lugar en el mundo situaciones semejantes o incluso negar su ocurrencia en instituciones de toda índole, partidos políticos, etc.
Macedonio Fernández escribió: "No toda es vigilia la de los ojos abiertos"
lunes, junio 16, 2014
El Dolor
Melancolía. Degas.
En el largo historial de la Medicina en el mundo, los médicos han encontrado casi invariablemente en sus pacientes, a los dolientes, quienes pedían por su necesidad de alivio. El sufrimiento, como afecto negativo, mostró siempre su cara a través del dolor, una vivencia que podía manifestarse como trivial o, en su mayor gravedad, hasta anunciadora de una muerte inminente.
En el largo historial de la Medicina en el mundo, los médicos han encontrado casi invariablemente en sus pacientes, a los dolientes, quienes pedían por su necesidad de alivio. El sufrimiento, como afecto negativo, mostró siempre su cara a través del dolor, una vivencia que podía manifestarse como trivial o, en su mayor gravedad, hasta anunciadora de una muerte inminente.
Así fue que los esfuerzos médicos se focalizaron
en dar alivio al dolor. No exageraríamos si dijéramos que los
médicos no han avanzado mucho más en descubrir y comprender las
causas del dolor, pues su estudio es el del mensajero, y él parece
existir sólo para decir que algo ha cambiado, poco o mucho, pero
nada sabe acerca de lo que ha sucedido, y mucho menos acerca de su
propósito.
El sufrimiento, en cambio, es un síntoma que nos
remite a una sensación más profunda. Conlleva la vivencia de
cambios físicos y anímico-espirituales que la medicina clínica ha
estudiado minuciosamente. Al respecto contamos con una extensa
bibliografía que demuestra el interés médico-psicológico por
demostrar la interrelación entre cuerpo y alma y su expresión en
las así llamadas enfermedades psicosomáticas.
Sin embargo,
este modelo de estudio parece no alcanzar a darnos una cabal
comprensión de los procesos de la vida anímica y de sus múltiples
transformaciones a lo largo de la vida. Vemos que alcanzamos a dar
alivio a nuestros dolientes, pero son pocas las veces en que
alcanzamos a mejorar sus vidas. Quizás porque sólo hemos actuado
como "genios de Aladino", que cumplimos con los deseos
--legítimos por cierto-- de calmar a quien lo pide pero sin
acercarnos de la justa manera a las causas de su sufrimiento. El
hecho de que el paciente desconozca las profundidades de su cuerpo y
alma no debería ser estímulo más que para insistir en el anhelo de
dar luz sobre su devenir y sobre su constitución física, anímica y
espiritual.
Recorrer este camino junto al paciente, suscita
cambios en ambos caminantes. Y el camino se abre iluminado por las
preguntas que intentan ser las correctas. Pero... ¿podría el Médico
ser portador de estas preguntas sin ser, él mismo, el preguntado?
miércoles, julio 24, 2013
martes, julio 23, 2013
sábado, noviembre 10, 2007
Todos somos minusválidos...
“Estudio”
Leonardo Da Vinci.
El diccionario de lengua castellana define minusválido, como:
“Dícese de la persona que tiene en cierto aspecto, disminuídas sus facultades físicas”.
Y tenemos claro, pues es evidente a nuestros comunes sentidos, de qué estamos hablando cuando decimos Minusválido físico.
Podríamos extender aquí, el alcance de meras “facultades físicas”, hasta el de facultades anímicas y/o afectivas. ¿Y por qué no, espirituales?
Llamaría minusválido afectivo, por ejemplo, a quien ha extirpado de sí mismo su capacidad de interés y asombro por el mundo y la sociedad en que vive, o quien ya no siente compasión ante el dolor ajeno, o quien todo lo ve de acuerdo a la cotización en la Bolsa de Valores.
Minusválido espiritual, llamaría al que presume de religiosidad o espíritu comunitario, pero que en los hechos actúa sectariamente, acomodando las Escrituras de acuerdo a las conveniencias políticas de sus jerarquías eclesiásticas, eligiendo subordinarse a un Dios más terrestre que divino.
Seguramente cada uno de nosotros, tanto quien escribe como quien lee estas palabras, tendrá mucho por trabajar en sí mismo para desarrollar aquellas facultades del alma que yacen algo adormecidas por falta de uso, o que yacen estertorosas, por abuso.
Las minusvalías ajenas, en forma constante desentrañan y exponen al mundo nuestras propias minusvalías. Y ello nos señala un camino a ser transitado con la mejor presencia anímica y honestidad espiritual.
Es muy agradable al alma descubrir que muchas veces la gente encuentra caminos de reflexión para superar ciertos prejuicios de contacto con personas de distinto sexo, raza, religión o condición social y económica, e incluso se vuelven capaces de relacionarse sanamente con aquellas que comúmente llaman “discapacitadas”.
Y hasta reconocerse en su condición de que observador y observado son, a su manera, también minusválidos en otros aspectos.
Merece la pena reflexionar entonces acerca de la actitud que nos pudiera conducir a ver con los ojos del alma, la que atestigua compasivamente el devenir de este abanico de riquísima diversidad humana.
Minusválido profesional, sería el Médico que dedica más tiempo a mirar la Radiografía o a hablar de sí mismo, que al Hombre doliente que está sentado ahí, aguardando por ser ayudado.
Minusválido educacional, llamaría al docente que pretende introducir información en las cabezas de los niños bajo amenazas de bajas calificaciones o sanciones disciplinarias, en lugar de suscitar un genuino interés y entusiasmo por el saber acerca del mundo y sus manifestaciones.
Minusválido anímico, sería quien pudiendo hacer algo por aportar de sí lo mejor para la solución de un conflicto, opta por acomodarse en un juicio cínico que revela desidia e indolencia, y mira para otro lado.
Minusválido moral, quien reina con corona de lata, pero que, como Rey tuerto, busca una población de ciegos para su manipulación.
“Dícese de la persona que tiene en cierto aspecto, disminuídas sus facultades físicas”.
Y tenemos claro, pues es evidente a nuestros comunes sentidos, de qué estamos hablando cuando decimos Minusválido físico.
Podríamos extender aquí, el alcance de meras “facultades físicas”, hasta el de facultades anímicas y/o afectivas. ¿Y por qué no, espirituales?
Llamaría minusválido afectivo, por ejemplo, a quien ha extirpado de sí mismo su capacidad de interés y asombro por el mundo y la sociedad en que vive, o quien ya no siente compasión ante el dolor ajeno, o quien todo lo ve de acuerdo a la cotización en la Bolsa de Valores.
Minusválido espiritual, llamaría al que presume de religiosidad o espíritu comunitario, pero que en los hechos actúa sectariamente, acomodando las Escrituras de acuerdo a las conveniencias políticas de sus jerarquías eclesiásticas, eligiendo subordinarse a un Dios más terrestre que divino.
Seguramente cada uno de nosotros, tanto quien escribe como quien lee estas palabras, tendrá mucho por trabajar en sí mismo para desarrollar aquellas facultades del alma que yacen algo adormecidas por falta de uso, o que yacen estertorosas, por abuso.
Las minusvalías ajenas, en forma constante desentrañan y exponen al mundo nuestras propias minusvalías. Y ello nos señala un camino a ser transitado con la mejor presencia anímica y honestidad espiritual.
Es muy agradable al alma descubrir que muchas veces la gente encuentra caminos de reflexión para superar ciertos prejuicios de contacto con personas de distinto sexo, raza, religión o condición social y económica, e incluso se vuelven capaces de relacionarse sanamente con aquellas que comúmente llaman “discapacitadas”.
Y hasta reconocerse en su condición de que observador y observado son, a su manera, también minusválidos en otros aspectos.
Merece la pena reflexionar entonces acerca de la actitud que nos pudiera conducir a ver con los ojos del alma, la que atestigua compasivamente el devenir de este abanico de riquísima diversidad humana.
Minusválido profesional, sería el Médico que dedica más tiempo a mirar la Radiografía o a hablar de sí mismo, que al Hombre doliente que está sentado ahí, aguardando por ser ayudado.
Minusválido educacional, llamaría al docente que pretende introducir información en las cabezas de los niños bajo amenazas de bajas calificaciones o sanciones disciplinarias, en lugar de suscitar un genuino interés y entusiasmo por el saber acerca del mundo y sus manifestaciones.
Minusválido anímico, sería quien pudiendo hacer algo por aportar de sí lo mejor para la solución de un conflicto, opta por acomodarse en un juicio cínico que revela desidia e indolencia, y mira para otro lado.
Minusválido moral, quien reina con corona de lata, pero que, como Rey tuerto, busca una población de ciegos para su manipulación.
jueves, mayo 31, 2007
Vanidad. (Publicado el 9 de abril en "En Cuerpo y Alma")
Vanity. (1910). John William Waterhouse
José Ingenieros,(1877-1925), oriundo de Palermo, Italia.
Fue médico, psiquiatra, psicólogo,farmacéutico, escritor, docente, filósofo y sociólogo;
desarrollando su genial actividad en la Argentina.
Introdujo la sicología en nuestro país y ejerció una gran influencia en el pensamiento de su tiempo. Quizás su obra cumbre sea
El hombre mediocre, (1913): es un tratado de sicología social, en la que describía al hombre moldeado por el medio, sin ideales ni individualidad.
Repaso aquí algunos de sus pasajes, de enorme vigencia:
"El hombre, es. La sombra, parece.
El hombre que pone su honor en el mérito propio y es juez supremo de sí mismo; asciende a la dignidad.
La sombra pone el suyo en la estimación ajena y renuncia a juzgarse; desciende a la vanidad.
Hay una moral del honor y otra de su caricatura: ser o parecer.
Cuando un ideal de perfección impulsa a ser mejores, ese culto de los propios méritos consolida en los hombres la dignidad, cuando el afán de parecer arrastra a cualquier abajamiento, el culto de la sombra enciende la vanidad.
Del amor propio nacen las dos: hermanas por su origen, como Abel y Caín. Y más enemigas que ellos, irreconciliables.
Son formas diversas de amor propio. Siguen caminos divergentes:
La una florece sobre el orgullo, celo escrupuloso puesto en el respeto de sí mismo; la otra nace de la soberbia, apetito de culminación ante los demás. El orgullo es una arrogancia originada por nobles motivos y quiere aquilatar el mérito;
la soberbia es una desmedida presunción y busca alargar la sombra".
Durante siglos, se ha tergiversado la verdadera acepción de palabras como orgullo:
"De ahí el equivocar la vanidad con la dignidad, que es su antítesis, y el intento de tasar a igual precio los hombres y las sombras, con desmedro de los primeros.
En su forma embrionaria revélase el amor propio como deseo de elogios y temor de censuras: una exagerada sensibilidad a la opinión ajena".
En los vanidosos, "el deseo de brillar en su medio y el juicio que sugieren al pequeño grupo que los rodea, son estímulos para la acción.
En los dignos el propio juicio se antepone a la aprobación ajena; en los mediocres se postergan los méritos y se cultiva la sombra. Los primeros viven para sí mientras que los segundos vegetan para los otros. Si el hombre no viviera en sociedad, el amor propio sería dignidad en todos; viviendo en grupos, lo es solamente en los caracteres firmes.
El elogio del mérito es un estímulo para su simulación. Obsesionados por el éxito, e incapaces de soñar la gloria, muchos impotentes se envanecen de méritos ilusorios y virtudes secretas que los demás no reconocen; se creen actores de la comedia humana; entran en la vida construyéndose un escenario, grande o pequeño, bajo o culminante, sombrío o luminoso; viven con perpetua preocupación del juicio ajeno sobre su sombra. Consumen su existencia sedientos de distinguirse en su órbita, de preocupar a su mundo, de cultivar la atención ajena por cualquier medio y de cualquier manera.
La diferencia, si la hay, es puramente cuantitativa entre la vanidad del escolar que persigue diez puntos en los exámenes, la del político que sueña verse aclamado ministro o presidente, la del novelista que aspira a ediciones de cien mil ejemplares y la del asesino que desea ver su retrato en los periódicos".
El hombre que pone su honor en el mérito propio y es juez supremo de sí mismo; asciende a la dignidad.
La sombra pone el suyo en la estimación ajena y renuncia a juzgarse; desciende a la vanidad.
Hay una moral del honor y otra de su caricatura: ser o parecer.
Cuando un ideal de perfección impulsa a ser mejores, ese culto de los propios méritos consolida en los hombres la dignidad, cuando el afán de parecer arrastra a cualquier abajamiento, el culto de la sombra enciende la vanidad.
Del amor propio nacen las dos: hermanas por su origen, como Abel y Caín. Y más enemigas que ellos, irreconciliables.
Son formas diversas de amor propio. Siguen caminos divergentes:
La una florece sobre el orgullo, celo escrupuloso puesto en el respeto de sí mismo; la otra nace de la soberbia, apetito de culminación ante los demás. El orgullo es una arrogancia originada por nobles motivos y quiere aquilatar el mérito;
la soberbia es una desmedida presunción y busca alargar la sombra".
Durante siglos, se ha tergiversado la verdadera acepción de palabras como orgullo:
"De ahí el equivocar la vanidad con la dignidad, que es su antítesis, y el intento de tasar a igual precio los hombres y las sombras, con desmedro de los primeros.
En su forma embrionaria revélase el amor propio como deseo de elogios y temor de censuras: una exagerada sensibilidad a la opinión ajena".
En los vanidosos, "el deseo de brillar en su medio y el juicio que sugieren al pequeño grupo que los rodea, son estímulos para la acción.
En los dignos el propio juicio se antepone a la aprobación ajena; en los mediocres se postergan los méritos y se cultiva la sombra. Los primeros viven para sí mientras que los segundos vegetan para los otros. Si el hombre no viviera en sociedad, el amor propio sería dignidad en todos; viviendo en grupos, lo es solamente en los caracteres firmes.
El elogio del mérito es un estímulo para su simulación. Obsesionados por el éxito, e incapaces de soñar la gloria, muchos impotentes se envanecen de méritos ilusorios y virtudes secretas que los demás no reconocen; se creen actores de la comedia humana; entran en la vida construyéndose un escenario, grande o pequeño, bajo o culminante, sombrío o luminoso; viven con perpetua preocupación del juicio ajeno sobre su sombra. Consumen su existencia sedientos de distinguirse en su órbita, de preocupar a su mundo, de cultivar la atención ajena por cualquier medio y de cualquier manera.
La diferencia, si la hay, es puramente cuantitativa entre la vanidad del escolar que persigue diez puntos en los exámenes, la del político que sueña verse aclamado ministro o presidente, la del novelista que aspira a ediciones de cien mil ejemplares y la del asesino que desea ver su retrato en los periódicos".
martes, mayo 08, 2007
Desde el día Primero de mayo de 2.007 me he visto en la necesidad de renunciar a mi actividad como docente en el Seminario de Pedagogía curativa y terapia social de Buenos Aires.
Del mismo modo renuncio a participar como disertante al próximo Congreso de Pedagogía curativa que se ha planeado para julio de 2.007.
Advierto así a quienes me han pedido información al respecto, que no tomaré parte en el mismo, careciendo de valor la información que consta en la página del citado Congreso.
Del mismo modo renuncio a participar como disertante al próximo Congreso de Pedagogía curativa que se ha planeado para julio de 2.007.
Advierto así a quienes me han pedido información al respecto, que no tomaré parte en el mismo, careciendo de valor la información que consta en la página del citado Congreso.
lunes, mayo 07, 2007
A los lectores:
Existen instituciones en el mundo, que con mayor o menor idoneidad intentan trabajar con la orientación antroposófica.
Para aquel que no conozca la esencia del estudio del Hombre de acuerdo a lo que el Dr. Rudolf Steiner llamó Ciencia espiritual, podrá parecerle antroposófico aquello que en esencia, no lo es.
Digo en esta página entonces, mi visión acerca de lo que yo mismo he podido aprender a la luz de la antroposofía y del trabajo y convivencia con las Personas necesitadas de cuidados especiales que el destino me ha dado en gracia conocer, y no implica ni garantiza que usted vaya a encontrar en las instituciones que se autodenominan centros de Pedagogía curativa y terapia social, a los dirigentes y/o trabajadores con la adecuada formación. Análogamente, cada institución es un organismo viviente, y requiere de un genuino compromiso moral para desarrollarse en el camino hacia sus ideales de evolución del alma humana.
También es necesario aclarar, que en ciertas instituciones no definidas como antroposóficas, puede usted encontrar una cálida y amorosa atención, con brillantes pedagogos cuya presencia irradia los frutos de su desarrollo individual en su propio quehacer educativo.
Mi admiración para todos aquellos Maestros y colaboradores que silenciosa y humildemente trabajan,
regocijados en su comprensión de que el encuentro de las almas, sucede.
Encuentro que, si se procura, abre un portal de comunicación suprasensible entre los dos.
Para aquel que no conozca la esencia del estudio del Hombre de acuerdo a lo que el Dr. Rudolf Steiner llamó Ciencia espiritual, podrá parecerle antroposófico aquello que en esencia, no lo es.
Digo en esta página entonces, mi visión acerca de lo que yo mismo he podido aprender a la luz de la antroposofía y del trabajo y convivencia con las Personas necesitadas de cuidados especiales que el destino me ha dado en gracia conocer, y no implica ni garantiza que usted vaya a encontrar en las instituciones que se autodenominan centros de Pedagogía curativa y terapia social, a los dirigentes y/o trabajadores con la adecuada formación. Análogamente, cada institución es un organismo viviente, y requiere de un genuino compromiso moral para desarrollarse en el camino hacia sus ideales de evolución del alma humana.
También es necesario aclarar, que en ciertas instituciones no definidas como antroposóficas, puede usted encontrar una cálida y amorosa atención, con brillantes pedagogos cuya presencia irradia los frutos de su desarrollo individual en su propio quehacer educativo.
Mi admiración para todos aquellos Maestros y colaboradores que silenciosa y humildemente trabajan,
regocijados en su comprensión de que el encuentro de las almas, sucede.
Encuentro que, si se procura, abre un portal de comunicación suprasensible entre los dos.
sábado, abril 07, 2007
Conducir.
"Pregunté: ¿Quién es el guía para conducirme al Amigo?
El respondió: "Es de tí el dar el primer paso, y es de nosotros el conducirte"
(Rumi).
De tal manera, sabremos que las fuerzas habrán de ser conducidas a la realización de lo cabalmente pensado.
Nunca actuaremos por represión o contradicción de las mismas para nuestro beneplácito. La actitud de maestro-guía y compañero de experiencia, intenta ser conductora y catalizadora a la vez.
Conducir, sí, pero partiendo desde la natural y habitual disposición anómala del compañero. Nunca lo haremos "de novo", desde nuestro punto de vista de lo correcto, sino que partiremos desde su "lugar". Ese será el punto de inicio de nuestro trabajo.
Debe comenzar por actuar siendo él mismo en su propio y conocido terreno.
Si ocurriera que, llevado por su trabajo, surgiera en él la sensación de "atolladero", lo ayudaremos sutilmente a advertir que puede salir de él, sin reaccionar con la huída, sino, mejorando su trabajo, abriendo espacios, creando variantes y matices. Al notar los cambios, procuraremos estar alertas a aquello que surja como vivo interés y entusiasmo, por efímero que sea.
Estaremos presenciando de qué manera su organismo (físico-anímico) superior, se ve interesado por encontrarse con el inferior. Y cómo este encuentro suele resultar en la vivencia de la alegría. A mi parecer, me siento testigo de una adecuada sujeción de las riendas por parte de su Yo, que, a modo de jinete, domina y se sirve de su propio caballo, alcanzando con la conciencia a los habitualmente remotos sitios de su cuerpo anímico, a su vitalidad y motricidad.
La vivencia genuina de este sentimiento, es evidente que no obedece a una respuesta de mero control sobre su organismo inferior, sino que es la consecuencia de la fluidez de su trabajo y del obrar en libertad, influyendo en el mundo con recursos que él mismo ha sabido o podido plasmar.
Nuestra percepción de lo singular que está sucediendo ahí, nos envuelve en una amigable cercanía que sucita poderosas y a la vez sutiles fuerzas de alineamiento del " jinete presto a apropiarse de su caballo".
Si nuesto afán por ser curativos, es perseverante, promoveremos en nuestra actitud diaria un gesto de coherencia que propiciará las condiciones de una normal constitución anímico-espiritual.
Ingresaremos entonces delicadamente en su trabajo, conduciendo desde lo oscuro y caótico, hacia lo luminoso y con sentido; sin dejar de considerar que son "sus" fuerzas más sutiles las que el trabajo ha reclamado.
La situación de trabajo propuesta por el Maestro, sugiere, incita, reclama.
El organismo superior, es sugerido, incitado y reclamado por el trabajo. Así, el contenido que vive en su conciencia, pugnará por verterse en un proceso dinámico que ha de plasmarse con una forma adecuada a las condiciones objetivas del mundo exterior.
Lo que suceda ahí afuera, para quien quiera verlo, habrá de ocurrir ahí adentro, en su alma.
Este proceso, que ha nacido como unilateral, deviene en multidimensional,
y somos incluidos en el trabajo,
y al mismo tiempo lo incluimos a él
a modo de una delicada envoltura.
Estos procesos de unificación, de elevado alcance curativo, son la cabal expresión de lo que un acompañante terapéutico o Pedagogo curativo debe desarrollar en sí mismo para su servicio y lo que lo define como tal.
jueves, abril 05, 2007
Jerarquías
(La Virgen de las rocas. Detalle.).Leonardo
Da Vinci.
Las personas necesitadas de cuidados
especiales, a quienes con afecto llamo "compañeros",
suelen tener ciertas anomalías en su configuración física y vital,
(innatas o adquiridas), que al ser permeadas por las fuerzas sutiles
de lo que llamaríamos su cuerpo anímico y de su Yo
como organización, determinan anomalías posturales, de conciencia
de su ser y estar en el mundo, de su pensar, de sus sentimientos y de
su voluntad.
Aclaro que no me refiero aquí, a las
personas con minusvalía física que conservan una apropiada
capacidad de pensar, sentir y actuar.
En cierta forma, esta "estructura
rota", deviene en la falta o alteración de una constitución
física y anímica adecuada para percibir el mundo exterior, ( y eso
lo incluye a él como individualidad que percibe su propio cuerpo),
impidiéndole aprovechar los contenidos pedagógicos habituales,
diseñados para personas consideradas dentro de límites de
"normalidad".
Podemos describir al despertar de las
Personas Especiales como aquel en el que su cuerpo, como
organismo en reposo e inconciencia, no acaba por ser abordado
y permeado por un adecuado regreso de su conciencia, la que
procede de la natural intervención de su organismo superior.
Nótese que no especifico aquí que lo
superior esté literalmente arriba, sino que el concepto quiere
denotar que es aquella facultad de gobierno que procede de una
jerarquía exclusivamente propia del Hombre, cuyo
pensar lo vuelve capaz de dominar su organismo
inferior, aquel que presenta facultades que compartimos con el
mundo animal.
Cuando esta jerarquía no es capaz de
"señorear en la corporalidad anímica" de la manera
adecuada, impulsos e instintos son llevados a la acción por un actor
que no ha sido capaz de definir un pensamiento claro.
Es común que en conductismo esas
fuerzas sean llevadas a lo contrario, hacia lo que deberían hacer,
conformando al mundo en sus frutos esperados. Así las cosas, logran
que el compañero, (cuyo cuerpo anímico es la
jerarquía que ha tomado las riendas que su Yo, como
organización, no ha sido capaz de tomar), responda como reacción a
un estímulo externo, nacido de otra voluntad, y que se habituará a
responder de modo polar.
Volvemos a preguntarnos por el origen de
aquellas fuerzas, y decimos que proceden de una anárquica
disposición espiritual que se desarrolla de modo acéfalo,
instintual; y desde esa naturaleza, habrán de desplegarse en el
ámbito que denominamos Organismo inferior o metabólico-motor, en
donde se asienta una esencial facultad del alma: la voluntad.
viernes, marzo 30, 2007
Salud espiritual
(Cabezas). Dibujo de Leonardo Da Vinci.
"Valor, rectitud y
modestia verdadera e interna".(*)
Estas eran las cualidades que el Dr.
Rudolf Steiner consideraba como bases morales imprescindibles
para el avance y salvaguarda de un movimiento espiritual.
"Vanidad, Mentira y
Ambición son dañinas en las relaciones humanas habituales,
pero se convierten en destructoras y perturbadoras cuando aparecen en
un movimiento espiritual".
Ante la pregunta: ¿Cómo protegerse de algo
así?
El Dr Steiner respondió una vez:
"Si uno aspira con todas las fuerzas a
liberarse de la Vanidad, la Ambición y la Mentira,
significará conservar la propia salud anímica y espiritual y el
cuidado de la moralidad del movimiento".
La megalomanía, en su carácter de
tenaz destructora de humildes buscadores, se muestra aún más
contradictoria en los ámbitos de trabajo pedagógico y médico.
Cruel facultad la de quienes se sirven de ciertos conocimientos para
la manipulación y prestidigitación de seres en necesidad de
evolución anímica y espiritual.
La mentira, como elemento de
difamación de quienes no adscriben a honrar al megalómano ni a sus
obsecuentes. La mentira para con aquellos que no se resignan a
negociar su pensamiento libre.
La ambición, aquella que echa por la
borda la más elevada misión del aspirante espiritual, la de
cultivarse para servir a los demás valiéndose de las herramientas
que la Ciencia espiritual nos ofrece.
La ambición de quien se expone al
mundo como portador de "dones" supranaturales, único
artilugio destinado a pretender admiración, importancia personal y
por supuesto: dinero.
Es evidente que la cerrada actitud de
ciertos personajes, ha contibuído a la difamación de los
movimientos espirituales, tachándolos de sectarios, entre otras
cosas.
¡Dios libre y guarde al Dr. Steiner y a
la Antroposofía de cosa semejante! Pues son muchos quienes
legítima, anónima y silenciosamente han bregado por el desarrollo y
capacitación de auténticos trabajadores de la salud y de la
educación, recibiendo a cambio el vibrar de un alma agradecida. Y
eso, ya nos vuelve ricos...
(*).Reseña obtenida de la Circular de la
Sección médica del Goetheanum. 1996.
miércoles, marzo 21, 2007
Mano espiritual
Cuando alguien cae al vacío, tiene un primer impulso de tomarse de algo o alguien de más arriba para ser salvado. Quizás sea un acto reflejo que acompaña al Ser humano durante toda la vida.
Si nuestra vitalidad decae, la ley de gravedad se hace sentir en la inercia física. Corporalmente se percibe como un abandono de fuerzas más sutiles que la fuerza física, aquellas que al permearnos, nos yerguen en nuestro interior y equilibran y armonizan con el mundo exterior.
Y cuando caemos...la primera actitud defensiva es la de no sufrir la caída. A menudo el Yo parece salirse de sí mismo, como si dijera: "no me está pasando a mí!" o "no quisiera estar en este cuerpo cuando esto acabe!...bueno, lo cierto es que de hecho seguiremos cayendo, aunque con menor conciencia del hecho, paso previo a la anestesia: no sentir, para no sufrir.
El anhelo de aferrarse a una mano que lo sostenga, me remite a la imagen de una mano espiritual. Ella parece haber estado allí desde siempre, pero sólo en la caída nos vemos llamados a estrecharla.
Así, las crisis son valiosos procesos de cercanía con la mano.
¿Por qué ocurrirá que una vez salvado de la caída, el hombre se atribuye la exclusiva autoría de la hazaña?
Para quien quiera verlo, la Vida, como la Rosa, se explica a sí misma, y revela sus misterios sólo cuando las almas se abren a lo espiritual que vive en ellos.
Quizás, la mayoría de los hombres no tengan la memoria suficiente como para tenerlo en cuenta la próxima vez...
domingo, octubre 15, 2006
Madre.
(Yashoda con su hijo Krishna.)
Madre.
Cuando caminaba por tu suelo,
Su delicadeza me demostraba cuán tosco era yo al pisarlo.
Cuando sentía la fragancia de tu jardín,
El me decía: ¿dónde está el tuyo?
Cuando giraba mi cabeza para verte, sólo sabía que el movimiento
Me llevaba de regreso a tí.
Si te miraba,
Era por que volvía a tí.
Cuando la fe me abandona, mi mirada sube sola en busca de tus señales.
Cuando recupero la fe, soy Hombre otra vez y puedo ver que aquellas nubes
Son una cabeza que sonríe,
Aquella otra, ensimismada, expresa compasión por mi candidez,
Y esas manchas blanquísimas
Se vuelven alas,
Y frente a ellas, dos manos
Quieren estrecharse con las mías.
martes, octubre 10, 2006
El arte como base de la comprensión de las distintas áreas constitucionales humanas.
Krishna. (www.krishna.com).
El punto de vista antroposófico da una comprensión diferenciada de los distintos ámbitos constitucionales y de la forma de la naturaleza humana. Para así conocer su diversidad, su manera de funcionamiento y sus leyes.
Las correspondencias citadas más abajo entre la disciplina artística y la constitución humana, pueden llevarnos a la construcción de un sentido que sea adecuado para una percepción diferenciada de las particularidades en la persona necesitada de cuidados anímicos.
-El modelado, estimula el desarrollo de un sentido de la naturaleza esencial y el estado en el que se encuentran las fuerzas vitales que están entroncadas en el cuerpo físico y que le dan a este cuerpo su forma característica.
-La pintura, ayuda a desarrollar un sentido por las fuerzas vitales que surgen en la esfera del alma donde producen y refuerzan las fuerzas imaginativas en todas sus formas (fantasía, imaginación, creatividad, etc.).
-El hacer música, ayuda a desarrollar un sentido para los poderes sensorios que están activos en la esfera inconsciente del alma. Nos ayuda a aprender a diferenciar (a “escuchar”), desde qué esfera del alma proviene una expresión particular, un estado de ánimo o un afecto.
-El habla desarrolla un sentido para las fuerzas expresivas del núcleo de nuestra personalidad. Este sentido nos hace conocer hasta qué punto la persona articulada se puede comprender como portador de sentido, y puede volverse activo en las esferas síquicas, fisiológicas y físicas de su ser.
Encontrar la cualidad de los colores, de las formas, de los sonidos, de la palabra, del gesto y los movimientos en la práctica del arte, debería posibilitarnos desarrollar una percepción diferenciada hacia aquellos que necesitan cuidados en relación a su cuerpo y a su alma.
Association La Branche, Epalinges, (Suiza).
Jean Claude Hucher.
El punto de vista antroposófico da una comprensión diferenciada de los distintos ámbitos constitucionales y de la forma de la naturaleza humana. Para así conocer su diversidad, su manera de funcionamiento y sus leyes.
Las correspondencias citadas más abajo entre la disciplina artística y la constitución humana, pueden llevarnos a la construcción de un sentido que sea adecuado para una percepción diferenciada de las particularidades en la persona necesitada de cuidados anímicos.
-El modelado, estimula el desarrollo de un sentido de la naturaleza esencial y el estado en el que se encuentran las fuerzas vitales que están entroncadas en el cuerpo físico y que le dan a este cuerpo su forma característica.
-La pintura, ayuda a desarrollar un sentido por las fuerzas vitales que surgen en la esfera del alma donde producen y refuerzan las fuerzas imaginativas en todas sus formas (fantasía, imaginación, creatividad, etc.).
-El hacer música, ayuda a desarrollar un sentido para los poderes sensorios que están activos en la esfera inconsciente del alma. Nos ayuda a aprender a diferenciar (a “escuchar”), desde qué esfera del alma proviene una expresión particular, un estado de ánimo o un afecto.
-El habla desarrolla un sentido para las fuerzas expresivas del núcleo de nuestra personalidad. Este sentido nos hace conocer hasta qué punto la persona articulada se puede comprender como portador de sentido, y puede volverse activo en las esferas síquicas, fisiológicas y físicas de su ser.
Encontrar la cualidad de los colores, de las formas, de los sonidos, de la palabra, del gesto y los movimientos en la práctica del arte, debería posibilitarnos desarrollar una percepción diferenciada hacia aquellos que necesitan cuidados en relación a su cuerpo y a su alma.
Association La Branche, Epalinges, (Suiza).
Jean Claude Hucher.
jueves, octubre 05, 2006
El arte como elemento de formación de la personalidad
El primer principio en la formación es de contribuir al desarrollo individual para que surja una esfera en el estudiante que se halla entre el contenido teórico y la experiencia práctica. En esta región del medio, una realidad puede ser evaluada cualitativamente, una situación puede ser interiorizada y, con ello, individualizada. Esto evita el peligro de que se genere en este ámbito el tipo de ‘corto circuito’ que surge cuando el conocimiento teórico se aplica en la práctica en forma demasiado inmediata, puramente automática o mecánica.
La función formativa produce lo siguiente:
.Un despertar a las esferas cualitativas en los distintos campos de los sentidos, y al desarrollo de una sensación más sutil hacia dichas cualidades;
.El desarrollo de la movilidad, tanto física, (destreza), como también anímica, por el hecho de que uno practica el poner en relación los distintos elementos del sustrato artístico; el desarrollo del sentido de la composición en el ámbito cualitativo;
.El desarrollo de la creatividad, no sólo de una creatividad caótica sino de una creatividad dirigida, que capacita el actuar a partir del conocimiento y bajo la consideración de las leyes que pertenecen a los distintos ámbitos artísticos y el actuar con ellos en forma creativa y relacionada con la situación;
La función formativa produce lo siguiente:
.Un despertar a las esferas cualitativas en los distintos campos de los sentidos, y al desarrollo de una sensación más sutil hacia dichas cualidades;
.El desarrollo de la movilidad, tanto física, (destreza), como también anímica, por el hecho de que uno practica el poner en relación los distintos elementos del sustrato artístico; el desarrollo del sentido de la composición en el ámbito cualitativo;
.El desarrollo de la creatividad, no sólo de una creatividad caótica sino de una creatividad dirigida, que capacita el actuar a partir del conocimiento y bajo la consideración de las leyes que pertenecen a los distintos ámbitos artísticos y el actuar con ellos en forma creativa y relacionada con la situación;
.El confrontarse con los propios límites personales, (resistencia interior, inhabilidad, etc.) en una u otra de las artes que puede ser experimentada como la “propia discapacidad”; entonces, es posible aprender cómo llevar a cabo las transformaciones en uno mismo para superar estos límites, y esto ayuda a resolver la resistencia interior. La transformación no sólo está enteramente en nuestras manos sino que podemos crear las condiciones para ella.
.Así, los estudiantes aprenden a conocer un dolor que crece desde el interior a causa de uno de sus propios factores discapacitantes; ellos entienden cuán importante es el gesto de empatía y de una compasión más objetiva en la relación social educativa o pedagógica. Aprende también una especie de “ ejercitación en seco” y en relación a su propia persona, (su propia inhabilidad), el gesto acompañante fundamental que corresponde a toda forma de ayuda en problemas del desarrollo y/o a todo acompañamiento en situaciones de crisis.
.Así, los estudiantes aprenden a conocer un dolor que crece desde el interior a causa de uno de sus propios factores discapacitantes; ellos entienden cuán importante es el gesto de empatía y de una compasión más objetiva en la relación social educativa o pedagógica. Aprende también una especie de “ ejercitación en seco” y en relación a su propia persona, (su propia inhabilidad), el gesto acompañante fundamental que corresponde a toda forma de ayuda en problemas del desarrollo y/o a todo acompañamiento en situaciones de crisis.
Las actividades artísticas complementan las materias con orientación teórica y abren al estudiante un camino para el autoconocimiento y la autoeducación, para poder más tarde brindar el cuidado anímico correspondiente.
Association La Branche, Epalinges. (Suiza).
Jean Claude Hucher.
Association La Branche, Epalinges. (Suiza).
Jean Claude Hucher.
miércoles, octubre 04, 2006
La importancia del arte en la formación para las profesiones sociales
El arte puede tener un importante papel en la formación de las personas en la esfera social como así también en el ejercicio profesional. Esto es así especialmente para las instituciones de la orientación antroposófica, donde lo artístico ocupa un lugar fundamental en el campo de la pedagogía, la terapia y la vida social.
Dejamos sentado desde un comienzo, que allí el elemento artístico no está supeditado ni a la casualidad ni a la elección arbitraria, sino que se utiliza siguiendo una precisa fenomenología y metodología que está basada en los conocimientos del ser humano, por lo cual se la utiliza en forma concreta y efectiva.En las instituciones de orientación antroposófica se ha logrado una amplia experiencia a través de largos años de utilización práctica de estos instrumentos.
En ellas las artes en su amplia gama de expresiones y aplicaciones, son parte esencial del trabajo en la esfera social y juegan un rol central que tiene una vital influencia en la naturaleza y cualidad particular de este trabajo. Ellas pueden por supuesto también ser usadas en forma significativa y útil en cualquier otro contexto del trabajo social. Esto tanto más toda vez que las relaciones humanas no pueden ser limitadas a una interacción funcional, ya en este caso no haríamos justicia a los verdaderos intereses de los asistidos, ni al compromiso personal que se ha de tener para con ellos.
Las bases constitucionales:
Cada ámbito artístico puede ser relacionado con un elemento constitutivo de la naturaleza humana, por ejemplo:
.El modelado es expresión de las fuerzas plástico escultoras del organismo humano; tiene un efecto sobre la plasticidad del alma.
.La pintura tiene relación con la capacidad para la fantasía del alma; y en forma aplicada a la
Dejamos sentado desde un comienzo, que allí el elemento artístico no está supeditado ni a la casualidad ni a la elección arbitraria, sino que se utiliza siguiendo una precisa fenomenología y metodología que está basada en los conocimientos del ser humano, por lo cual se la utiliza en forma concreta y efectiva.En las instituciones de orientación antroposófica se ha logrado una amplia experiencia a través de largos años de utilización práctica de estos instrumentos.
En ellas las artes en su amplia gama de expresiones y aplicaciones, son parte esencial del trabajo en la esfera social y juegan un rol central que tiene una vital influencia en la naturaleza y cualidad particular de este trabajo. Ellas pueden por supuesto también ser usadas en forma significativa y útil en cualquier otro contexto del trabajo social. Esto tanto más toda vez que las relaciones humanas no pueden ser limitadas a una interacción funcional, ya en este caso no haríamos justicia a los verdaderos intereses de los asistidos, ni al compromiso personal que se ha de tener para con ellos.
Las bases constitucionales:
Cada ámbito artístico puede ser relacionado con un elemento constitutivo de la naturaleza humana, por ejemplo:
.El modelado es expresión de las fuerzas plástico escultoras del organismo humano; tiene un efecto sobre la plasticidad del alma.
.La pintura tiene relación con la capacidad para la fantasía del alma; y en forma aplicada a la
visualización en lo social.
.El hacer música desarrolla las funciones anímicas del escuchar y en un sentido más amplio del comprender, el poner una cosa en relación con otra.
.Cada una de las artes fortalece la capacidad mental que está relacionada con el sentido y con la capacidad correspondiente de realizar acciones concretas (el aspecto doble del significado y el impulso del habla).
Estas correspondencias, solo mencionadas aquí brevemente, tienen sin embargo una base firme en la cosmovisión antroposófica del ser humano, y han sido usadas para desarrollar el uso de las artes en los niveles pedagógico, terapéutico y social.
Association La Branche, Epalinges (Suiza)
Jean Claude Hucher
.El hacer música desarrolla las funciones anímicas del escuchar y en un sentido más amplio del comprender, el poner una cosa en relación con otra.
.Cada una de las artes fortalece la capacidad mental que está relacionada con el sentido y con la capacidad correspondiente de realizar acciones concretas (el aspecto doble del significado y el impulso del habla).
Estas correspondencias, solo mencionadas aquí brevemente, tienen sin embargo una base firme en la cosmovisión antroposófica del ser humano, y han sido usadas para desarrollar el uso de las artes en los niveles pedagógico, terapéutico y social.
Association La Branche, Epalinges (Suiza)
Jean Claude Hucher
martes, septiembre 19, 2006
Desarrollo personal.
Vitruvian Man. (Manos). Leonardo Da Vinci.
La Pedagogía Curativa Antroposófica comparte sus procedimientos con otras alternativas pedagógicas y terapéuticas, dirigidas a la personalidad del niño o del adulto. Además ve en el ser humano una esencia que más allá de su vivencia terrenal forma parte de un desarrollo, que ya estuvo antes de su nacimiento y que continuará también hasta después de su muerte. El ser humano busca en la vida oportunidades de desarrollo y la posibilidad de trabajar, como sólo es posible en esta tierra; la parte física, el temperamento, la inteligencia pero también el entorno social forman un recipiente, una clase de “vestido” para este desarrollo, que para ser entendido exige un punto de vista más alto, desde el cual también puede ser entendido el camino de la vida como una obra de arte o una formación. Partiendo de esa perspectiva se une poco a poco la esencia del niño con sus fundamentos físicos y su entorno; apoyarlo es la tarea de la Pedagogía Curativa Antroposófica. Es de vital importancia resaltar, que tal perspectiva está en completa armonía con los conocimientos científicos, medicinales, y sicológicos y también de integrar diferentes postulados terapéuticos.
El pedagogo curativo y el terapeuta social antroposófico trabajan con el conocimiento de la existencia de una esencia espiritual en el niño y en sí mismo; él sabe del diálogo que llevan ambos en secreto.
Este conocimiento no es ningún “saber” en el sentido común, sino que se inspira en la tendencia de una cuidadosa pero continua búsqueda e investigación.
De acuerdo a la manera como cada ser humano tiene la posibilidad de desarrollarse, cada persona adquiere una o más habilidades. Es especialmente en esto donde trabaja la Terapia Social, en los talentos e intereses que se cristalizan en el transcurso del desarrollo como adulto, que deben ser canalizados y fortalecidos. La eficiencia de una persona no sólo abarca su actividad laboral sino que también se extiende hacia lo que esta pueda despertar en otras personas. En la Pedagogía Curativa confluyen esfuerzos médico-terapéuticos, pedagógico-curativos y sociales. Estas formas sociales específicas y de orientación no tradicional para la educación y terapia de niños y adultos, -a quienes Rudolf Steiner llamó “necesitados de cuidados anímicos”-, deben proporcionar tanto al niño y adulto como también al pedagogo y terapeuta, suficiente espacio y soberanía para el trabajo mutuo.
Aparte de esto el trabajo pedagógico curativo y social terapéutico tiene a menudo una silenciosa pero significativa relación con la realidad. En una creciente limitación del margen de la “normalidad” y sobre todo “funcionalidad” salta a la vista la persona impedida, ella “molesta” y es excluida. Esta actitud de rechazo subestima el aporte esencial de las personas especiales o con perturbaciones en el desarrollo social, aporte que sólo puede ser útil cuando sea reconocido. Algunos padres de familia dan testimonio de esto, ellos cuentan sobre el efecto de su hijo especial sobre toda la familia, y del propio camino que ellos superaron en el esfuerzo por entender y ayudar a su propio hijo. En general entre la sociedad y las enfermedades o discapacidades existen relaciones que no saltan a primera vista. Así se encuentra, sólo para nombrar una, la de algunos problemas de desarrollo como fenómenos de la vida social (por lo menos en las ciudades industrializadas), que se reflejan en los niños. Así que no es difícil encontrar muchas tendencias de hiperactividad en la sociedad de hoy. El encontrar para estos niños espacios de vida y desarrollo requiere un trabajo, el cual representa lograr una aspiración urgentemente necesitada por la sociedad y la cultura contemporánea.
Bernhard Schmalenbach.
De la página de Internet del Consejo de Pedagogía Curativa y Terapia Social. (www.khsdornach.org)
El pedagogo curativo y el terapeuta social antroposófico trabajan con el conocimiento de la existencia de una esencia espiritual en el niño y en sí mismo; él sabe del diálogo que llevan ambos en secreto.
Este conocimiento no es ningún “saber” en el sentido común, sino que se inspira en la tendencia de una cuidadosa pero continua búsqueda e investigación.
De acuerdo a la manera como cada ser humano tiene la posibilidad de desarrollarse, cada persona adquiere una o más habilidades. Es especialmente en esto donde trabaja la Terapia Social, en los talentos e intereses que se cristalizan en el transcurso del desarrollo como adulto, que deben ser canalizados y fortalecidos. La eficiencia de una persona no sólo abarca su actividad laboral sino que también se extiende hacia lo que esta pueda despertar en otras personas. En la Pedagogía Curativa confluyen esfuerzos médico-terapéuticos, pedagógico-curativos y sociales. Estas formas sociales específicas y de orientación no tradicional para la educación y terapia de niños y adultos, -a quienes Rudolf Steiner llamó “necesitados de cuidados anímicos”-, deben proporcionar tanto al niño y adulto como también al pedagogo y terapeuta, suficiente espacio y soberanía para el trabajo mutuo.
Aparte de esto el trabajo pedagógico curativo y social terapéutico tiene a menudo una silenciosa pero significativa relación con la realidad. En una creciente limitación del margen de la “normalidad” y sobre todo “funcionalidad” salta a la vista la persona impedida, ella “molesta” y es excluida. Esta actitud de rechazo subestima el aporte esencial de las personas especiales o con perturbaciones en el desarrollo social, aporte que sólo puede ser útil cuando sea reconocido. Algunos padres de familia dan testimonio de esto, ellos cuentan sobre el efecto de su hijo especial sobre toda la familia, y del propio camino que ellos superaron en el esfuerzo por entender y ayudar a su propio hijo. En general entre la sociedad y las enfermedades o discapacidades existen relaciones que no saltan a primera vista. Así se encuentra, sólo para nombrar una, la de algunos problemas de desarrollo como fenómenos de la vida social (por lo menos en las ciudades industrializadas), que se reflejan en los niños. Así que no es difícil encontrar muchas tendencias de hiperactividad en la sociedad de hoy. El encontrar para estos niños espacios de vida y desarrollo requiere un trabajo, el cual representa lograr una aspiración urgentemente necesitada por la sociedad y la cultura contemporánea.
Bernhard Schmalenbach.
lunes, septiembre 18, 2006
Tareas del educador.
De la página de Internet del Consejo de Pedagogía Curativa y Terapia Social (www.khsdornach.org)
En su trato con el niño o adulto el pedagogo o terapeuta siempre está trabajando desde su propia personalidad, lo cual va dando forma a su “instrumento” con ciertas restricciones y posibilidades especiales; entre él y el niño o adulto se establece un proceso de resonancia, que puede llegar a ser el fundamento de la educación y terapia curativa. No obstante, ésta requiere de un conocimiento básico de la propia personalidad y la disposición de seguir desarrollando ésta misma constantemente. De aquí se entiende la Pedagogía Curativa Antroposófica en primera instancia como un método del conocimiento y de la intervención pedagógico-terapéutica, en cuyo centro están una serie de ejercicios, los cuales fueron formulados por Rudolf Steiner. En este sentido se trata de un camino radicalmente más personal que insti-
tucional, aunque las instituciones sean llamadas a hacer posible tal hecho.
Resumiendo lo anterior, se presentan de momento los siguientes elementos en la Pedagogía Curativa Antroposófica:
-Percepción de las manifestaciones del niño, establecimiento de un diagnóstico clásico.
-Estudio de una antropología fenomenológica.
-El entendimiento de las manifestaciones y particularidades como un “idioma fenomenológico”.
-Autoconocimiento y entrenamiento del pedagogo curativo.
Las discapacidades pueden ser entendidas como una limitación en la facultad de percibir ciertas impresiones (como por ejemplo en impedimentos de los sentidos), pero sobre todo como aquellas que perjudican la facultad de expresión. La observación de los comportamientos puede llevar al pedagogo curativo a interpretarlos como expresiones, como el idioma de una esencia, la cual de momento estaba discretamente oculta en todos los desequilibrios y aparece ahora con sus preguntas nunca formuladas, deseos y necesidad de desarrollo.
tucional, aunque las instituciones sean llamadas a hacer posible tal hecho.
Resumiendo lo anterior, se presentan de momento los siguientes elementos en la Pedagogía Curativa Antroposófica:
-Percepción de las manifestaciones del niño, establecimiento de un diagnóstico clásico.
-Estudio de una antropología fenomenológica.
-El entendimiento de las manifestaciones y particularidades como un “idioma fenomenológico”.
-Autoconocimiento y entrenamiento del pedagogo curativo.
Las discapacidades pueden ser entendidas como una limitación en la facultad de percibir ciertas impresiones (como por ejemplo en impedimentos de los sentidos), pero sobre todo como aquellas que perjudican la facultad de expresión. La observación de los comportamientos puede llevar al pedagogo curativo a interpretarlos como expresiones, como el idioma de una esencia, la cual de momento estaba discretamente oculta en todos los desequilibrios y aparece ahora con sus preguntas nunca formuladas, deseos y necesidad de desarrollo.
viernes, septiembre 15, 2006
Aprendizaje
De la página de Internet del Consejo de Pedagogía Curativa y Terapia Social (www.khsdornach.org)
Desde esta perspectiva será entendible la gran importancia que tienen las artes en la educación y terapia para la Pedagogía Curativa. La actividad cultural se da en la creación de elementos puros, por ejemplo en los colores, formas y tonos. Estos elementos por sí mismos forman polaridades, en la música por ejemplo altos y bajos, tonos cortos y largos, mayores y menores; cada ritmo musical, cada melodía une de diferentes maneras estos contrastes, y al mismo tiempo cada sonido, cada ritmo tiene su significado inherente. En otras actividades artísticas y también en trabajos artesanales se muestran semejanzas en su forma elemental. Se puede responder así equitativamente a los desequilibrios ya mencionados con medios pedagógicos y artísticos, pues ambos tienen un idioma similar. Continuando con los ejemplos arriba mencionados: el ritmo musical simboliza un movimiento ligado al cuerpo dirigido hacia afuera, mientras que la melodía es un movimiento interiorizado que se acerca a la conciencia; por otra parte la capacidad de olvidar se manifiesta como un movimiento que puede ser comparado con el descenso o el silencio del contenido de la conciencia.
El niño o adulto especial o de conducta llamativa puede ser apoyado así de esta manera, para encontrar una relación hacia la polaridad que se encuentra en él menos formada. Estimulación que se puede lograr ya que de hecho en cada desequilibrio existe el potencial necesario para su transformación. Los esfuerzos curativos significan por lo tanto el intentar estimular este proceso de integración tanto hacia adentro como hacia fuera.
El niño o adulto especial o de conducta llamativa puede ser apoyado así de esta manera, para encontrar una relación hacia la polaridad que se encuentra en él menos formada. Estimulación que se puede lograr ya que de hecho en cada desequilibrio existe el potencial necesario para su transformación. Los esfuerzos curativos significan por lo tanto el intentar estimular este proceso de integración tanto hacia adentro como hacia fuera.
Qué es la Pedagogía Curativa y Terapia Social Antroposófica?
De la página de Internet del Consejo de Pedagogía Curativa y Terapia Social (www.khsdornach.org)
La Pedagogía Curativa de orientación antroposófica, tuvo sus inicios en el año de 1924 con Rudolf Steiner, el fundador de la Antroposofía. Actualmente trabajan bajo este sistema pedagogos curativos en diferentes campos: en escuelas y hogares curativos, en comunidades, clínicas siquiátricas, en jardines infantiles de educación especial, en consultorios ambulantes de estimulación temprana, en la asistencia a padres de familia y en el trabajo terapéutico social con adultos.
¿Cuál es su Método?
La Pedagogía Curativa se basa en un método que parte de una investigación intensa de ciertos fenómenos: impedimentos, irregularidades y casos sin explicación –todo lo que ante la vista común no es “normal“, significando de momento que determinadas tendencias a nivel corporal, anímico-espiritual o a nivel social se han cristalizado con intensidad o también parcialmente. El así llamado niño “hiperactivo” muestra más o menos que el aspecto del movimiento externo está muy acentuado, mientras que el movimiento interno del “control de atención” y la “escucha” -basados anatómicamente en procesos continuos de movimiento y concentración inte-
riorizada- están menos desarrollados.
Otro ejemplo se describe en la observación de actitudes compulsivas. Independientemente de una posible causa anímica o su relación con procesos
característicamente neurobiológicos, las “compulsiones” pueden ser vistas como un desequilibrio del proceso de la memoria que penetra hasta en lo físico, donde por el contrario, su capacidad de olvido está poco desarrollada. Así se encuentran en el Ser humano un montón de polaridades, procesos y capas, los cuales deben ser comprendidos en sus diferencias. Esta es la
tarea de la antropología antroposófica en la Pedagogía Curativa. Estos procesos deben ser siempre balanceados para que la Salud en su totalidad pueda formarse. Semejante enfoque fenomenológico no excluye un diagnóstico médico-sicológico; más bien conlleva a que el comportamiento de las personas discapacitadas no sólo se clasifique con términos, sino que otorgue por medio del lenguaje de los fenómenos una mirada comprensiva.
miércoles, septiembre 13, 2006
Jesús entre los Doctores.
Jesus entre los Doctores.
A. Durero. Año 1.506.
Quizás en estos días se cumplan 500 años de esta obra de Durero. Su vigencia es notable.
Podemos ver en el centro a Jesús con las manos al frente y con su índice derecho señalando su pulgar izquierdo. Contrasta la delicada belleza de sus manos junto a las gruesas y reumáticas manos del Doctor situado a su izquierda.
El gesto de Jesús parece indicar el uno, como referencia espiritual acerca de la unidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y quizás como expresión de aquello que los Doctores de la Ley deberían considerar como el común origen y destino de todos los hombres.
Las manos del Doctor, en cambio, expresan disparidad, y el desalineamento de sus dedos, sugiere extravío, tanto existencial como discursivo. Estas se ven más sólidas, nudillosas, escleróticas; uno diría que más terrenales, como si en su crecimiento se hubieran engrosado desmesuradamente; quizá su dureza exprese el resultado de un cuerpo físico que no ha sido permeado por el delicado fluír de fuerzas espirituales superiores.
Pese a lo central de su ubicación en la obra, y a que contrasta su infinita bondad por el grotesco de este personaje, nadie en la obra parece advertir visualmente la presencia de Jesús. Más bien, cada uno parece perturbado y en un retraimiento defensivo, identificados con y por antiguas escrituras que sentirían cuestionadas por el discurso de este niño de apenas 12 años. Aunque en el Evangelio se cuenta que ..."todos los que le oían se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas", Durero ofrece un matíz de cierto desafío por el discurso Nuevo del joven Jesús.
Doctos hombres viejos parecen urgar en las escrituras del Viejo tiempo, las relaciones entre aquellas raíces ancladas en sus libros y este fruto de un árbol cuyas raíces no parecen ser de este mundo.
En el margen derecho, vemos un rostro que expresa astucia, suspicacia y vileza. Su naríz, torcida hacia el mismo lado que mira, sugiere una manera también torcida de lo que ve. Personaje que en la historia de la humanidad revela al omnipresente poder reaccionario, siempre dispuesto a conspirar desde las sombras. Poder destructivo y disolvente que ya nunca se apartará de la vida de Jesús, ni de los hombres fieles a su legado espiritual, hasta hoy.
A. Durero. Año 1.506.
Quizás en estos días se cumplan 500 años de esta obra de Durero. Su vigencia es notable.
Podemos ver en el centro a Jesús con las manos al frente y con su índice derecho señalando su pulgar izquierdo. Contrasta la delicada belleza de sus manos junto a las gruesas y reumáticas manos del Doctor situado a su izquierda.
El gesto de Jesús parece indicar el uno, como referencia espiritual acerca de la unidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y quizás como expresión de aquello que los Doctores de la Ley deberían considerar como el común origen y destino de todos los hombres.
Las manos del Doctor, en cambio, expresan disparidad, y el desalineamento de sus dedos, sugiere extravío, tanto existencial como discursivo. Estas se ven más sólidas, nudillosas, escleróticas; uno diría que más terrenales, como si en su crecimiento se hubieran engrosado desmesuradamente; quizá su dureza exprese el resultado de un cuerpo físico que no ha sido permeado por el delicado fluír de fuerzas espirituales superiores.
Pese a lo central de su ubicación en la obra, y a que contrasta su infinita bondad por el grotesco de este personaje, nadie en la obra parece advertir visualmente la presencia de Jesús. Más bien, cada uno parece perturbado y en un retraimiento defensivo, identificados con y por antiguas escrituras que sentirían cuestionadas por el discurso de este niño de apenas 12 años. Aunque en el Evangelio se cuenta que ..."todos los que le oían se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas", Durero ofrece un matíz de cierto desafío por el discurso Nuevo del joven Jesús.
Doctos hombres viejos parecen urgar en las escrituras del Viejo tiempo, las relaciones entre aquellas raíces ancladas en sus libros y este fruto de un árbol cuyas raíces no parecen ser de este mundo.
En el margen derecho, vemos un rostro que expresa astucia, suspicacia y vileza. Su naríz, torcida hacia el mismo lado que mira, sugiere una manera también torcida de lo que ve. Personaje que en la historia de la humanidad revela al omnipresente poder reaccionario, siempre dispuesto a conspirar desde las sombras. Poder destructivo y disolvente que ya nunca se apartará de la vida de Jesús, ni de los hombres fieles a su legado espiritual, hasta hoy.
miércoles, julio 05, 2006
Niños inclinados
Sabina
La realidad del mundo actual, nos solicita de manera cada vez más contundente, ampliar nuestra conciencia, lo cual siempre redundará en el crecimiento de nuestra compasión por la debilidad humana.
Es mi propósito que la Pedagogía Curativa antroposófica se desarrolle en el mundo, en su misión de abrigar a aquellos seres humanos que la sociedad no ha sido capaz de comprender.
De hecho y análogamente, una semilla es un proyecto vital. Ciertas leyes en la naturaleza rigen su desarrollo; las condiciones físicas, químicas y biológicas, limitan, contienen, muchas veces frustran y algunas pocas permiten su culminación en un ejemplar de igual estirpe.
Contemplar la vida a través de sus manifestaciones, puede llevarnos a pensar cómo es que aquella insiste en desenvolverse aún en condiciones adversas.
La manera por la cual se nos presenta un árbol inclinado y el intento permanennte de encontrar su compostura y equilibrio, aún bajo la influencia de las mismas leyes, nos dice mucho sobre las actitudes que los niños presentan cuando su estructura física - anímica ha sido dañada en su temprano desarrollo.
Nuestros “Niños inclinados” nos muestran de qué manera la vida insiste desde su interior. Cómo su débil estructura encierra una esencia espiritual, eterna y por ello perpetua en su obrar, que pugna por manifestarse.
El rol - misión de quienes advertimos estos aspectos que están más allá de nuestros comunes cinco sentidos, y que llamamos suprasensibles, es ver y considerar, que allí hay un ser con un Yo Superior, que no enferma; un Yo que desafía a la adversidad y alcanza en su empeño, la más excelsa tarea de “su” vida humana: la que “hoy” le toca vivir.
Acompañar con la actitud correcta este proceso es movilizar los recursos anímicos propios del alma del pedagogo y de los terapeutas, quienes han de recurrir a variadas herramientas didácticas y artísticas que se adecuarán a cada alumno, con el fin de crear nuevas situaciones de trabajo, procurando que ellos mismos se sirvan de los elementos de labranza de su inadecuado terreno.
Sabina
La realidad del mundo actual, nos solicita de manera cada vez más contundente, ampliar nuestra conciencia, lo cual siempre redundará en el crecimiento de nuestra compasión por la debilidad humana.
Es mi propósito que la Pedagogía Curativa antroposófica se desarrolle en el mundo, en su misión de abrigar a aquellos seres humanos que la sociedad no ha sido capaz de comprender.
De hecho y análogamente, una semilla es un proyecto vital. Ciertas leyes en la naturaleza rigen su desarrollo; las condiciones físicas, químicas y biológicas, limitan, contienen, muchas veces frustran y algunas pocas permiten su culminación en un ejemplar de igual estirpe.
Contemplar la vida a través de sus manifestaciones, puede llevarnos a pensar cómo es que aquella insiste en desenvolverse aún en condiciones adversas.
La manera por la cual se nos presenta un árbol inclinado y el intento permanennte de encontrar su compostura y equilibrio, aún bajo la influencia de las mismas leyes, nos dice mucho sobre las actitudes que los niños presentan cuando su estructura física - anímica ha sido dañada en su temprano desarrollo.
Nuestros “Niños inclinados” nos muestran de qué manera la vida insiste desde su interior. Cómo su débil estructura encierra una esencia espiritual, eterna y por ello perpetua en su obrar, que pugna por manifestarse.
El rol - misión de quienes advertimos estos aspectos que están más allá de nuestros comunes cinco sentidos, y que llamamos suprasensibles, es ver y considerar, que allí hay un ser con un Yo Superior, que no enferma; un Yo que desafía a la adversidad y alcanza en su empeño, la más excelsa tarea de “su” vida humana: la que “hoy” le toca vivir.
Acompañar con la actitud correcta este proceso es movilizar los recursos anímicos propios del alma del pedagogo y de los terapeutas, quienes han de recurrir a variadas herramientas didácticas y artísticas que se adecuarán a cada alumno, con el fin de crear nuevas situaciones de trabajo, procurando que ellos mismos se sirvan de los elementos de labranza de su inadecuado terreno.
jueves, junio 29, 2006
El Dolor.
En el largo historial de la Medicina en el mundo, los médicos han encontrado casi invariablemente en sus pacientes, a los dolientes, quienes pedían por su necesidad de alivio. El sufrimiento, como afecto negativo, mostró siempre su cara a través del dolor, una vivencia que podía manifestarse como trivial o, en su mayor gravedad, hasta anunciadora de una muerte inminente.
Asi fue que los esfuerzos médicos se focalizaron en dar alivio al dolor. No exageraríamos si dijéramos que los médicos no han avanzado mucho más en descubrir y comprender las causas del dolor, pues su estudio es el del mensajero, y él parece existir sólo para decir que algo ha cambiado, poco o mucho, pero nada sabe acerca de lo que ha sucedido, y mucho menos acerca de su propósito.
El sufrimiento, en cambio, es un síntoma que nos remite a una sensación más profunda. Conlleva la vivencia de cambios físicos y anímico-espirituales que la medicina clínica ha estudiado minuciosamente. Al respecto contamos con una extensa bibliografía que demuestra el interés médico-psicológico por demostrar la interrelación entre cuerpo y alma y su expresión en las así llamadas enfermedades psicosomáticas.
Sin embargo, este modelo de estudio parece no alcanzar a darnos una cabal comprensión de los procesos de la vida anímica y de sus múltiples transformaciones a lo largo de la vida. Vemos que alcanzamos a dar alivio a nuestros dolientes, pero son pocas las veces en que alcanzamos a mejorar sus vidas. Quizás porque sólo hemos actuado como "genios de Aladino", que cumplimos con los deseos, legítimos por cierto, de calmar a quien lo pide pero sin acercarnos de la justa manera a las causas de su sufrimiento. El hecho de que el paciente desconozca las profundidades de su cuerpo y alma no debería ser estímulo más que para insistir en el anhelo de dar luz sobre su devenir y sobre su constitución física, anímica y espiritual.
Recorrer este camino junto al paciente, suscita cambios en ambos caminantes. Y el camino se abre iluminado por las preguntas que intentan ser las correctas. ¿Podría el Médico ser portador de estas preguntas sin ser , él mismo, el preguntado?
Asi fue que los esfuerzos médicos se focalizaron en dar alivio al dolor. No exageraríamos si dijéramos que los médicos no han avanzado mucho más en descubrir y comprender las causas del dolor, pues su estudio es el del mensajero, y él parece existir sólo para decir que algo ha cambiado, poco o mucho, pero nada sabe acerca de lo que ha sucedido, y mucho menos acerca de su propósito.
El sufrimiento, en cambio, es un síntoma que nos remite a una sensación más profunda. Conlleva la vivencia de cambios físicos y anímico-espirituales que la medicina clínica ha estudiado minuciosamente. Al respecto contamos con una extensa bibliografía que demuestra el interés médico-psicológico por demostrar la interrelación entre cuerpo y alma y su expresión en las así llamadas enfermedades psicosomáticas.
Sin embargo, este modelo de estudio parece no alcanzar a darnos una cabal comprensión de los procesos de la vida anímica y de sus múltiples transformaciones a lo largo de la vida. Vemos que alcanzamos a dar alivio a nuestros dolientes, pero son pocas las veces en que alcanzamos a mejorar sus vidas. Quizás porque sólo hemos actuado como "genios de Aladino", que cumplimos con los deseos, legítimos por cierto, de calmar a quien lo pide pero sin acercarnos de la justa manera a las causas de su sufrimiento. El hecho de que el paciente desconozca las profundidades de su cuerpo y alma no debería ser estímulo más que para insistir en el anhelo de dar luz sobre su devenir y sobre su constitución física, anímica y espiritual.
Recorrer este camino junto al paciente, suscita cambios en ambos caminantes. Y el camino se abre iluminado por las preguntas que intentan ser las correctas. ¿Podría el Médico ser portador de estas preguntas sin ser , él mismo, el preguntado?
viernes, junio 23, 2006
La Familia
"Cabeza de La Virgen". Leonardo Da Vinci.
Jamás quise convencer a los familiares de las personas necesitadas de cuidados especiales, acerca de estos aspectos en cierta manera más esotéricos que nos trae Steiner. Pero saberlo me ha llevado a mencionarlo; siento gran interés en que esas palabras “suenen” en la consulta. Y si no fuera posible hacerlo, me esfuerzo al menos por “considerarlo silenciosamente” frente a las personas especiales y sus familias.
Cuando el temor y la desesperación avanzan, suelen formarse pensamientos caóticos y negativos. Es imperiosa la necesidad de orientación y respaldo anímico-espiritual a los fines de conquistar serenidad y coraje para lo que habrá de llegar.
Cuando la familia tiene confianza en sus terapeutas, avanzan con interés y motivación al encuentro de los desafíos pedagógicos; ese es el momento en el que ya no tienen que lidiar con sus prejuicios, estos, se van solos…
Creo que el hecho de que hayamos perdido esa noción de cercanía con el mundo espiritual - que era natural en nuestra niñez -, no implica que el esfuerzo de espiritualizar nuestra vida requiera de nosotros un esfuerzo por entender, sino por recordar.
miércoles, junio 21, 2006
Medicina Antroposófica.
Rudolf Steiner definía a la Antroposofía, como “la conciencia de mi propia Humanidad”. Ciertamente que esta conciencia implicaba el elevado anhelo de buscar el conocimiento valiéndonos de nuestra capacidad de asombro, de una actitud de devoción y entrega por el entendimiento y comprensión de la Vida, de lo Viviente y de la Naturaleza.
Ha ofrecido en sus conferencias una amplia y detallada descripción de aquellos aspectos sutiles de la vida que en condiciones ordinarias no somos capaces de percibir.
La Medicina Antroposófica surge en el mundo a principios del siglo xx.
Inspirados en la obra filosófica del Dr. Steiner, un grupo de Médicos asume en Europa el desafío de humanizar sus conocimientos adoptando las pautas que la Ciencia espiritual brindaba acerca del estudio del Hombre.
Ciertamente que en los últimos años, la Tecnología ha sido la gran protagonista de la revolución producida en los procedimientos de diagnóstico y tratamientos medicinales.
De esta manera, el reduccionismo científico se ha impuesto como limitador de la amplia cosmovisión científica de la antigüedad. El Ser humano pasó a ser “objeto” de estudio, para lo cual se lo despojó de sus atributos espirituales, se lo extrajo de su lugar social y de su relación con el mundo y el cosmos.
El Médico de Orientación Antroposófica habrá de ampliar estos conocimientos, en el afán de descubrir al Hombre, en el más cabal y trascendente sentido de la palabra.
Esto significa apelar a todas las capacidades y vertientes que existan en forma de recursos del profesional médico y los propios del Yo de cada paciente. Ellos siempre están allí, parte de nuestro trabajo será que dejen de ser ignorados, ocultos, para ser poco a poco ejercitados mediante el trabajo terapéutico. Acompañar al paciente en este descubrimiento es una tarea delicada y profunda a la vez.
En el ser humano encontramos manifestaciones de los tres reinos de la naturaleza: el reino mineral en nuestro cuerpo físico, el reino vegetal en nuestro cuerpo vital y el reino animal en nuestro cuerpo anímico. El Yo, como organización, es aquella entidad nuclear del Ser que, como plasmador de su Imagen, define su humana condición.
De esta concepción surgió además, la Farmacopea antroposófica, la que se vale de procedimientos alquímicos y de dilución cuyos elementos proceden de aquellos primeros tres reinos.
La medicina que se practica en la orientación alopática habitual, es ampliada y complementada a la luz de la Antroposofía. Surgiendo así, una Imagen del Hombre con una configuración física, anímica y espiritual.
A menudo podemos atisbar en el devenir biográfico de qué manera lo espiritual se manifiesta cíclicamente en la corporalidad física y anímica.
El trabajo sobre nuestros sentidos nos vuelve más capaces de descubrir en la enfermedad, la ocurrencia de procesos más profundos. Esta concepción será la que nos permita caminar junto a nuestros pacientes procurando que la enfermedad como tal forme parte de una realidad con sentido. Reemplazando la común disposición de luchar “contra” las dolencias, por la de afirmar su presencia de ánimo “a favor” de generar salud. Este concepto, vital en nuestra tarea, lo denominamos: Salutogénesis.
Ha ofrecido en sus conferencias una amplia y detallada descripción de aquellos aspectos sutiles de la vida que en condiciones ordinarias no somos capaces de percibir.
La Medicina Antroposófica surge en el mundo a principios del siglo xx.
Inspirados en la obra filosófica del Dr. Steiner, un grupo de Médicos asume en Europa el desafío de humanizar sus conocimientos adoptando las pautas que la Ciencia espiritual brindaba acerca del estudio del Hombre.
Ciertamente que en los últimos años, la Tecnología ha sido la gran protagonista de la revolución producida en los procedimientos de diagnóstico y tratamientos medicinales.
De esta manera, el reduccionismo científico se ha impuesto como limitador de la amplia cosmovisión científica de la antigüedad. El Ser humano pasó a ser “objeto” de estudio, para lo cual se lo despojó de sus atributos espirituales, se lo extrajo de su lugar social y de su relación con el mundo y el cosmos.
El Médico de Orientación Antroposófica habrá de ampliar estos conocimientos, en el afán de descubrir al Hombre, en el más cabal y trascendente sentido de la palabra.
Esto significa apelar a todas las capacidades y vertientes que existan en forma de recursos del profesional médico y los propios del Yo de cada paciente. Ellos siempre están allí, parte de nuestro trabajo será que dejen de ser ignorados, ocultos, para ser poco a poco ejercitados mediante el trabajo terapéutico. Acompañar al paciente en este descubrimiento es una tarea delicada y profunda a la vez.
En el ser humano encontramos manifestaciones de los tres reinos de la naturaleza: el reino mineral en nuestro cuerpo físico, el reino vegetal en nuestro cuerpo vital y el reino animal en nuestro cuerpo anímico. El Yo, como organización, es aquella entidad nuclear del Ser que, como plasmador de su Imagen, define su humana condición.
De esta concepción surgió además, la Farmacopea antroposófica, la que se vale de procedimientos alquímicos y de dilución cuyos elementos proceden de aquellos primeros tres reinos.
La medicina que se practica en la orientación alopática habitual, es ampliada y complementada a la luz de la Antroposofía. Surgiendo así, una Imagen del Hombre con una configuración física, anímica y espiritual.
A menudo podemos atisbar en el devenir biográfico de qué manera lo espiritual se manifiesta cíclicamente en la corporalidad física y anímica.
El trabajo sobre nuestros sentidos nos vuelve más capaces de descubrir en la enfermedad, la ocurrencia de procesos más profundos. Esta concepción será la que nos permita caminar junto a nuestros pacientes procurando que la enfermedad como tal forme parte de una realidad con sentido. Reemplazando la común disposición de luchar “contra” las dolencias, por la de afirmar su presencia de ánimo “a favor” de generar salud. Este concepto, vital en nuestra tarea, lo denominamos: Salutogénesis.
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