viernes, junio 23, 2006

La Familia


 "Cabeza de La Virgen". Leonardo Da Vinci.                              

Jamás quise convencer a los familiares de las personas necesitadas de cuidados especiales, acerca de estos aspectos en cierta manera más esotéricos que nos trae Steiner. Pero saberlo me ha llevado a mencionarlo; siento gran interés en que esas palabras “suenen” en la consulta. Y si no fuera posible hacerlo, me esfuerzo al menos por “considerarlo silenciosamente” frente a las personas especiales y sus familias.
Cuando el temor y la desesperación avanzan, suelen formarse pensamientos caóticos y negativos. Es imperiosa la necesidad de orientación y respaldo anímico-espiritual a los fines de conquistar serenidad y coraje para lo que habrá de llegar.
Cuando la familia tiene confianza en sus terapeutas, avanzan con interés y motivación al encuentro de los desafíos pedagógicos; ese es el momento en el que ya no tienen que lidiar con sus prejuicios, estos, se van solos…
Creo que el hecho de que hayamos perdido esa noción de cercanía con el mundo espiritual - que era natural en nuestra niñez -, no implica que el esfuerzo de espiritualizar nuestra vida requiera de nosotros un esfuerzo por entender, sino por recordar.