miércoles, julio 05, 2006

Niños inclinados
Sabina


La realidad del mundo actual, nos solicita de manera cada vez más contundente, ampliar nuestra conciencia, lo cual siempre redundará en el crecimiento de nuestra compasión por la debilidad humana.
Es mi propósito que la Pedagogía Curativa antroposófica se desarrolle en el mundo, en su misión de abrigar a aquellos seres humanos que la sociedad no ha sido capaz de comprender.
De hecho y análogamente, una semilla es un proyecto vital. Ciertas leyes en la naturaleza rigen su desarrollo; las condiciones físicas, químicas y biológicas, limitan, contienen, muchas veces frustran y algunas pocas permiten su culminación en un ejemplar de igual estirpe.
Contemplar la vida a través de sus manifestaciones, puede llevarnos a pensar cómo es que aquella insiste en desenvolverse aún en condiciones adversas.
La manera por la cual se nos presenta un árbol inclinado y el intento permanennte de encontrar su compostura y equilibrio, aún bajo la influencia de las mismas leyes, nos dice mucho sobre las actitudes que los niños presentan cuando su estructura física - anímica ha sido dañada en su temprano desarrollo.
Nuestros “Niños inclinados” nos muestran de qué manera la vida insiste desde su interior. Cómo su débil estructura encierra una esencia espiritual, eterna y por ello perpetua en su obrar, que pugna por manifestarse.
El rol - misión de quienes advertimos estos aspectos que están más allá de nuestros comunes cinco sentidos, y que llamamos suprasensibles, es ver y considerar, que allí hay un ser con un Yo Superior, que no enferma; un Yo que desafía a la adversidad y alcanza en su empeño, la más excelsa tarea de “su” vida humana: la que “hoy” le toca vivir.
Acompañar con la actitud correcta este proceso es movilizar los recursos anímicos propios del alma del pedagogo y de los terapeutas, quienes han de recurrir a variadas herramientas didácticas y artísticas que se adecuarán a cada alumno, con el fin de crear nuevas situaciones de trabajo, procurando que ellos mismos se sirvan de los elementos de labranza de su inadecuado terreno.