Dr. Rudolf Steiner. Año 1.908.
Paciencia, Perseverancia, Resistencia.
Es claro que muchos terapeutas son sensibles, también, al dolor y al sufrimiento, sin embargo, sus metodologías suelen partir de una concepción del Hombre en el que el pensar y la conducta son los únicos objetos de estudio, aquellos que son pasibles de ser modificados. Surge pues la incoherencia entre aquello que la “persona especial” sigue produciendo y la modificación de su conducta ahí afuera, como si ello fuera curativo. En realidad se adecua la conducta a ciertos códigos de convivencia pero no surge o expresa la propia de dicha persona. Ese es el hilo que tomamos para ingresar, poco a poco, en su interior. Trabajamos en Escuelas, pero nuestro lugar de trabajo, es el alma del alumno.
Creo que la urgencia con la que habitualmente se vive en el mundo moderno, impide que puedan valorarse los resultados de este modo de ver la imagen del Hombre. ¿Se habrá privilegiado en los estudios científicos el tiempo de respuesta esperada?
Acostumbro decir que con cada persona especial que llega a nuestras instituciones, iniciamos un largo camino, tanto como el de plantar árboles añosos, que no darán tempranamente sus frutos. Paciencia, perseverancia y resistencia, decía el Dr. Rudolf Steiner, serán el sostenimiento de nuestras intenciones pedagógicas.