jueves, abril 05, 2007

Jerarquías



(La Virgen de las rocas. Detalle.).Leonardo Da Vinci.
Las personas necesitadas de cuidados especiales, a quienes con afecto llamo "compañeros", suelen tener ciertas anomalías en su configuración física y vital, (innatas o adquiridas), que al ser permeadas por las fuerzas sutiles de lo que llamaríamos su cuerpo anímico y de su Yo como organización, determinan anomalías posturales, de conciencia de su ser y estar en el mundo, de su pensar, de sus sentimientos y de su voluntad.
Aclaro que no me refiero aquí, a las personas con minusvalía física que conservan una apropiada capacidad de pensar, sentir y actuar.
En cierta forma, esta "estructura rota", deviene en la falta o alteración de una constitución física y anímica adecuada para percibir el mundo exterior, ( y eso lo incluye a él como individualidad que percibe su propio cuerpo), impidiéndole aprovechar los contenidos pedagógicos habituales, diseñados para personas consideradas dentro de límites de "normalidad".
Podemos describir al despertar de las Personas Especiales como aquel en el que su cuerpo, como organismo en reposo e inconciencia, no acaba por ser abordado y permeado por un adecuado regreso de su conciencia, la que procede de la natural intervención de su organismo superior.
Nótese que no especifico aquí que lo superior esté literalmente arriba, sino que el concepto quiere denotar que es aquella facultad de gobierno que procede de una jerarquía exclusivamente propia del Hombre, cuyo pensar lo vuelve capaz de dominar su organismo inferior, aquel que presenta facultades que compartimos con el mundo animal.
Cuando esta jerarquía no es capaz de "señorear en la corporalidad anímica" de la manera adecuada, impulsos e instintos son llevados a la acción por un actor que no ha sido capaz de definir un pensamiento claro.
Es común que en conductismo esas fuerzas sean llevadas a lo contrario, hacia lo que deberían hacer, conformando al mundo en sus frutos esperados. Así las cosas, logran que el compañero, (cuyo cuerpo anímico es la jerarquía que ha tomado las riendas que su Yo, como organización, no ha sido capaz de tomar), responda como reacción a un estímulo externo, nacido de otra voluntad, y que se habituará a responder de modo polar.
Volvemos a preguntarnos por el origen de aquellas fuerzas, y decimos que proceden de una anárquica disposición espiritual que se desarrolla de modo acéfalo, instintual; y desde esa naturaleza, habrán de desplegarse en el ámbito que denominamos Organismo inferior o metabólico-motor, en donde se asienta una esencial facultad del alma: la voluntad.

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