En el trabajo con personas con necesidades especiales se han subestimado por demás sus capacidades de percepción y el aprovechamiento de los contenidos pedagógicos. No es extraño encontrar que aquellos que consideran los impedimentos como un límite, se resignen a un acompañamiento de lo que no tiene remedio. Quienes estudiamos y trabajamos en Pedagogía curativa y Terapia social sostenemos que las posibilidades de superación inherentes a todo ser humano están ahí para ser ejercitadas.
viernes, mayo 01, 2015
Realidad virtual
Si preguntan por qué el arte y lo bueno de la educación en escuelas Waldorf, ésta es una de las razones.
La tecnología no es mala en sí. Las dificulades surgen cuando los niños no pueden dominar los estímulos que les llegan desde disparadores tan fascinantes como los videojuegos y consolas de realidad virtual.
Si no aprenden a tomar contacto con el mundo a través del arte, será difícil que lo conozcan a través de su propia sensibilidad. Lo más probable es que se den a creer que sólo es posible tomar contacto con la realidad a través de la seducción y fascinación por los estímulos que les arroja la tecnología. Cerebros rápidos no implica inteligencia ni madurez.
Desde el nacimiento hasta los dos años, el cerebro del niño triplica su tamaño, y continúa en ese estado de rápido desarrollo hasta los 21 años (Christakis 2011). Los estímulos ambientales, o la falta de ellos, son los que determinan el desarrollo del cerebro a esta edad temprana. Se ha demostrado que la estimulación que recibe un cerebro en desarrollo provocada por la sobreexposición a la tecnología (móviles, internet, iPads, televisión) está asociada con un déficit de atención y de función ejecutiva, retrasos cognitivos, aprendizaje disociado, una mayor impulsividad y una menor capacidad de autocontrol.
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