La música sigue sonando en el
mundo, evitemos la compulsión por normalizarlo todo, pues nadie ha
sabido definir de modo satisfactorio lo que significa la palabra
“normalidad”. De hecho, lo normal en medicina es aquello que se
manifiesta con mayor frecuencia, de modo que, a mi parecer, no creo
adecuado el acto de normalizar como un objetivo terapéutico en sí.
Poco y nada sabemos acerca de lo que llegará a expresarse en el alma
de un niño, ¿cómo aprender a intervenir de modo pedagógico y
curativo sin necesidad de inculcar, sin manipular, sin exigir, sin
extorsionar ni reprimir conductas a fuerza de premios y castigos?
En la guerra, un capitán cuenta con
su derecho al castigo a un subordinado que no sabe izar las velas o
manejar el timón.
Pero en la escuela no se cumplen las
leyes de la guerra, la escuela es un lugar en el que todos aprenden
los secretos de la navegación mientras navegan, y los capitanes, que
se reconocen en ellos, se mantienen cerca, en el mismo barco,
abarcando con mirada de principiante el libre y gozoso navegar de sus
marineritos.
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